Un 16 de febrero
de 1985 perdimos a nuestro gran compositor y músico venezolano de la canción
revolucionaria: Alí Primera. Durante sus años de vida artística su voz
fue silenciada por los grandes medios de comunicación mercantilistas para los
cuales los mensajes de sus canciones eran incomodas debido a que delataban la
injusta realidad que se vivía en las décadas de la "democracia
representativa". Pero sus letras tenían aceptación entre los estudiantes,
trabajadores y los sectores empobrecidos, por eso tuvo que crear su propia
disquera para difundir su música. Su voz triunfó en escenarios nacionales e
internacionales, aunque paradójicamente en su propio país permanecía apagada.
Le cantó al triste episodio del derrocamiento del Presidente Allende (Canción
para los Valientes) y a la opresión política que vivieron naciones
centroamericanas como El Salvador (Vamos Salvadoreño) y Nicaragua.
Con el gobierno revolucionario del Presidente Chávez sus canciones renacieron imponiéndose sobre esos ritmos impregnados de mensajes vacíos e intrascendentes. Hoy en día, Alí Primera está más presente que nunca en el pueblo venezolano y especialmente, en nuestra juventud que lo admira como si siempre lo hubiese conocido.
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