Son muchas las derrotas en las urnas. Más de 14 años
perdiendo elecciones tras múltiples candidaturas, intentos de golpes de estado,
paros petroleros, e infinitas estrategias de desestabilización. La última, la
del 14 de Abril, fue la gota que colmó el vaso para ciertos poderes económicos
y sus representantes políticos en Venezuela.
Para desestabilizar el gobierno se ha declarado la guerra
económica contra el pueblo destruyendo las condiciones básicas de vida de la
gente, y esta se manifiesta a través del acaparamiento, la especulación, el
ataque y el sabotaje a los sectores estratégicos.
Ahora los sectores económicos más poderosos quieren
generar una crisis económica que se traduzca en una explosión social. Es una
salida inconstitucional y tiene un componente comunicacional y psicológico muy
sólido que es la guerra mediática. Los grandes grupos económicos imponen
precios, cantidades y mecanismos de comercialización y luego de especulación,
no invierten y ganan mucho.
El pueblo venezolano cuenta con conciencia política y
revolucionaria para enfrentar la guerra económica emprendida por esos sectores,
está lleno de conciencia, tanto que esta guerra económica está siendo combatida
con mucha acción a la guerra económica y al sabotaje eléctrico.
El campo electoral, siempre se dirimió en las urnas a
favor de la opción revolucionaria. Sin embargo, en el plano económico, aún la
oligarquía económica-financiera no está dispuesta a bajar los brazos, y por
ello, actúa atentando contra los principios democráticos más fundamentales.
Las políticas de una gestión pública eficiente, un
cambio de la matriz productiva y la reorientación productiva del sistema
financiero, se encuentran fijadas en el Plan de la Patria 2013-19, que sin
duda permitirán controlar inflación, mejorar la gestión del dólar y coadyuvar
en la provisión de los bienes y servicios que el pueblo exige. Sin embargo, no
sólo son necesarias esas políticas, sino que se necesita poner paz frente a la
guerra económica que viene desempeñando gran parte de la concentrada estructura
empresarial privada.
De manea que esta planteada una YIHAD capitalista contra el pueblo venezolano, no tiene fines
inmediatos de mejorar su tasa de ganancia, sino que pretende alcanzar una mayor
rentabilidad en cuanto a poder político.
El sector empresarial privado no se conforma sólo con
obtener beneficios mercantilizando bienes de primera necesidad, sino que son
capaces de acaparar –sin vender-, a pesar de sus pérdidas en el corto plazo.
La clave es que apuestan a un plan de
desgaste/erosión en las siguientes municipales (Diciembre 2013), para procurar
el asalto completo en la legislativas y/o revocatorio del 2015. Para ello, la
inflación, es como decía el economista Zaiat, “ha reemplazado a los golpes
militares como mecanismo de desestabilización de gobiernos elegidos
democráticamente”.
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